lunes, 7 de septiembre de 2009

Cierto!!!!!!!!!!

"Y hubiera querido que Dios existiera y no fuera sordo, para poder rogarle que me diera todo el dolor que le tenia reservado." Eduardo Galeano I Viejo e inacabable es el dolor que me transita y me derrumba como un golpe militar bien orquestado. Magro dolor que se agolpa cuando cruje cielo envuelto en gotas de sangre, de polvo; Viejo e inacabable es mi grito; coagular de miedo, viento gris, en veredas, en hospitales y comercios, en casas; incendiario viento. Mansamente vivo, viejo e inacabable, zurdo. Repito: viejo e inacabable es el dolor que me transita, que me puebla, que me exprime más durazno que cereza, más torcaza que gorrión, más dolor que furia. Ráfagas biliares de mi amor que poco a poco muere II Está mano, Soledad, tiene el tacto de un león embravecido, la sangre de un reptil; mares de culebras que acercan tempestades. Soledad: debió ser la madrugada la que quiso incrementar mi llanto hasta perderte, debió ser la voz del moribundo, la dolencia del ahogado, debió ser el cuerpo inexistente del delito. Traigo el corazón bien puesto todo hecho manglar gramo por gramo. Traigo también mi voz de acero, la guadaña; mi mano izquierda hecha tridente. III "Tocan a la puerta, mujer… Es hora de los allanamientos." Juan Bañuelos. Tortura ¿ Quién de aquí toca la voz simulando un alarido, quién oscuro deletrea la carne con cuchillos, quién ya no respira ? Silencio: roto el cristal con tanta luz alguien con las uñas intenta tocar un viento gris azotando sal en mi ventana, alguien tira dientes, huesos, brazos rotos a mitad de la avenida, Silencio palpitando palpitando, palpitando. ¿ Quién de aquí se apresta a disolverse, quién ahoga su grito en pura sangre, en pura angustia, quién de aquí lo ignora ? Tocan a la puerta, mujer… Es hora de los allanamientos, de sacar los ojos, de perder las uñas, de mirar solamente con las yemas. Es hora ya de asistir a la tortura, y congelar el grito. IV “Alguien toca el Dolor como si tocara un violín” Ulises Córdova Me he olvidado de mi nombre; la sangre que gotea de este verso recuerda el extravío. Aquí yace la sombra de mi vena una mínima fracción dejada a la intemperie; el llanto de la voz, la caricia postergada, Sombra y nada más que sombra. “Alguien toca el Dolor como si tocara un violín ” lo desmedusa, lo corroe. Sangre iluminando, sangre regada en todas partes. Algo cruje, roe mar hecho de lava, mar hecho de polvo; cementerio cicatriz que abre y no coagula que quiebra el sonido y me revienta. Aquí yace la voz y la mirada; lo que muerde, mi nombre ardiendo en tanta lluvia, en gaviota. Aquí vuelvo a decir que soy izquierdo, zurdo de voz y de quejido; como un hilo de acero del que pende el llanto ya difunto. V Fuertemente armado, mi corazón sale a la calle ardiendo muertos, se incrusta alrededor de las paredes como hojas que caen de los almendros. Toda bruma, todo canto, todo cielo es poca cosa comparado con mi sangre de limón y de hojarasca; es mentira. Enfebrecido hasta las botas, musito una voz que ya no es mía, una palabra que lentamente se olvida en el paisaje; comisura de labio, juglar de ombligo, frías balas que atragantan mi voz marea adentro. Triste catarata, tristísima caída.